Dónde tender la ropa en un piso sin terraza
A todos nos gustaría tener un amplio espacio en casa donde poner la ropa a secar en contacto directo con el sol.
Por desgracia, no siempre es posible.
Esos son los casos en los que hay que pensar bien dónde tender la ropa en un piso sin terraza. ¿Cómo hacerlo?
Por suerte, no eres la primera persona que se ve en esta situación.
Cada vez se tiende a vivir más en pequeños apartamentos y esto reduce mucho las posibilidades de tener un buen balcón.
Debido a ello, se han desarrollado todo tipo de alternativas.
A continuación, te enseñamos las más útiles de las que te puedes beneficiar.
Tendedero plegable
La opción más estandarizada y que resulta más práctica.
No ha quedado registro de quién tuvo la primera idea para crear uno de estos tendederos, pero merecería todo el reconocimiento del mundo por lo que ha facilitado las vidas de millones de personas.
El tendedero plegable está formado por una estructura central y dos alas que sirven para colocar todo tipo de prendas y que ayudan a que la estructura se mantenga estable.
Usarlo es tan fácil como abrirlo para que se despliegue y poder colocar cada una de las prendas.
Estos tendederos suelen aportar una altura de tendido de alrededor 20 metros, más que suficiente para que puedas tender hasta las prendas más largas.
Su estabilidad permite usarlos incluso en el exterior, por lo que, si te mudas y ya tienes terraza, podrás colocarlo en ella sin ningún tipo de problema.
Cada vez que acabes de usarlo, solo tienes que plegarlo de nuevo para que ocupe muy poco espacio y lo puedas dejar apoyado a una pared.
Los mejores modelos garantizan un secado sin arrugas y pueden llegar a tener incluso ruedas de desplazamiento, aunque no son estructuras que resulten excesivamente pesadas.
La cuerda en la ventana
Aunque cada vez es un sistema que se instala en menos edificios, no deja de ser el medio más clásico que ha acompañado a las familias a lo largo de décadas.
Para ello es necesario tener una ventana que dé al patio interior de vecinos, donde todos los pisos cuentan con una ventana con hilera de cuerdas que permite colgar la ropa para que se seque.
Está quedando en desuso no solo por el cambio de construcción de los edificios, sino también porque no resulta cómodo para muchas personas.
El vértigo de tener que tender mirando hacia abajo o el riesgo de que la ropa se caiga y haya que ir a pedírsela al vecino, lo convierten en un método que pierde adeptos cada vez más.
Tendedero vertical
En los últimos años se ha desarrollado la idea de aprovechar el espacio de altura que tienen algunas casas.
Para pisos pequeños que tienen unas dimensiones limitadas, resulta una de las mejores ideas, ya que hacia el techo suelen ser metros que no se aprovechan de una forma práctica.
El uso de este tendedero es sencillo.
Se presenta a modo de torre que se pliega y se eleva hacia arriba cuando se despliega.
Las prendas se pueden colgar en distintas alturas dependiendo del tamaño y del volumen, aportando un buen sistema para tender todo tipo de prendas.
Los niveles altos se usan para prendas grandes y los bajos para secar ropa pequeña, ropa interior o, por ejemplo, la del bebé, la cual siempre tiene unas medidas reducidas.
En la calefacción
No es recomendable poner las prendas directamente sobre el radiador.
¿Cuál es la solución? La mejor recomendación es el uso de una estructura de radiador que se adhiere al mismo y crea un espacio para tender separado de forma segura.
En la práctica se parece a los tendederos clásicos de las ventanas, con dos o tres líneas de tender en las que se pueden colocar las prendas.
La velocidad de secado, si la calefacción está a un alto nivel, suele ser muy alta.
Tendedor eléctrico
Los últimos avances tecnológicos también han llegado al secado de la ropa.
Así es como se han lanzado tendederos eléctricos que permiten secar la ropa en el interior de la casa por medio del uso de electricidad.
El sistema es efectivo, pero tiene algunos aspectos a destacar.
Lo más importante es saber que, su instalación, hay que hacerla directamente en la pared y con cableado eléctrico.
Eso significa que el volumen de inversión es mucho más elevado que el de los otros métodos de los que te estamos hablando.
No obstante, puede marcar la diferencia, puesto que llegarías a tener control digital sobre el secado de la ropa.
Una barra entre armarios
Tan sencillo como eso. Puedes comprar una barra ajustable a distintas dimensiones e instalarla haciendo tope entre dos armarios.
Te quedará un colgador alto en el que podrás poner perchas.
A partir de ese punto, simplemente pon la ropa en perchas y déjala secar.
Claro está que esta opción no te dará la estabilidad de un tendedero, pero en un momento dato te puede ser útil.
Tendedero abatible
Otra opción que tiene mucha demanda hoy día.
Hay que instalarlos en la pared con un buen anclaje con tornillos, puesto que son estructuras que necesitan estabilidad.
Tras la instalación podrás abatirlo cuando no lo uses y desplegarlo para tender la ropa.
Es muy útil porque plegado ocupa poco espacio y, además, al instalarse en la pared no resulta invasivo.
Simplemente con perchas
El sistema más económico para situaciones en las que no tienes ninguna otra opción.
Pon cada prenda en una percha y sujeta las perchas en zonas elevadas donde la ropa no vaya a tener contacto con nada.
Por ejemplo, las puedes poner en el marco de una puerta.
Un truco para que el proceso de secado sea más rápido es encender el ventilador y dejar que apunte directamente a la prenda.
No es lo mejor, pero es posible que este truco te saque de un apuro.
Tendederos de cajón o portátiles
Otra genialidad que se puede ver en algunas viviendas.
Se trata de tendederos que están escondidos en cajones y que se pueden sacar para tender la ropa cuando sea necesario.
Cuentan con barras de acero y son muy funcionales porque suelen aportar la altura necesaria para tender de forma adecuada.
Cuando acabes de tender, solo tendrás que empujar el cajón para que quede cerrado hasta la siguiente sesión en la que lo uses.
Tendederos originales
Hay diseñadores que han dado rienda suelta a toda su imaginación para crear tendederos de las más variadas formas, incluso a modo de acordeón, con capacidad para abrirlo y cerrarlo cuando sea necesario.
No siempre son las mejores opciones, ya que pueden resultar incómodos o no resultar tan prácticos como se podría imaginar.
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