Cómo tender la ropa para no planchar
¿No sabes por qué te queda la ropa arrugada después de lavarla?
Es posible que estés haciendo algo mal o que no estés olvidando algo, una de dos.
Lo cierto es que se trata de un proceso que tiene más ciencia y truco de lo que podrías imaginar.
Al lavar y tender la ropa hay que tener en cuenta una serie de consejos que evitarán que las prendas queden arrugadas.
No te pierdas los consejos que te damos para que descubras la mejor manera de tender la ropa para no planchar y que así siempre quede fabulosa después de tenderla.
No tiendas la ropa chorreando
Esto no es bueno en ninguno de los contextos.
Es mejor que, cuando cuelgues la ropa, tenga una carga de agua moderada.
Por ello, lo que tienes que hacer es realizar un centrifugado de nivel medio antes de terminar con la lavadora.
Tiene que ser el medio, porque con el nivel alto lo que suele ocurrir es que se elimina demasiada cantidad de agua y las arrugas están más que garantizadas.
Una forma para que el agua se distribuya mejor en la lavadora, es no cargarla hasta el máximo.
Eso también provoca que las arrugas salgan más fácilmente, así que intenta no economizar lavados de una forma extrema (dentro de la medida de lo posible).
Tiende la ropa cuando acabe el lavado
¡Qué gran problema es la pereza! Solemos poner la lavadora con ganas y facilidad.
Al fin y al cabo, solo hay que rellenar el interior, poner el producto de limpieza que uses y pulsar el botón.
Lo que no pensamos siempre es que poco después terminará el lavado y tendremos que tender.
Por eso, muchas veces dejamos la ropa en la lavadora durante un periodo de tiempo (que no te dé vergüenza reconocer que alguna vez han sido horas, porque a nosotros nos ha pasado).
Eso lo que hace es afectar a la ropa, que se formen más arrugas e incluso que se quede algún mal olor por la acumulación de agua.
Por ello, recuerda que es importante tender en cuanto se haya terminado el lavado.
Sacude y estira la ropa
No puedes poner las prendas en el tendedero directamente desde la lavadora.
Normalmente salen hechas una bola, revueltas y en unas condiciones que no son precisamente las más apropiadas para que se evite después el proceso de planchado.
Por lo tanto, lo primero que tienes que hacer es darle una sacudida a cada prenda antes de tenderla.
Eso ayudará a que las distintas partes de la ropa se liberen de la forma en la que se habían quedado dentro de la lavadora.
También estarás retirando alguna pelusa que pueda haber o incluso ayudarás con la eliminación de agua.
A continuación, asegúrate de estirar la prenda, las mangas y los puños de las camisas o cada una de las piernas de los pantalones.
Deja la ropa lo más extendida posible y liberada de cualquier arruga que puedas eliminar de forma natural.
Pon las pinzas de una forma correcta
Ver un tendedero lleno de ropa tendida con las pinzas mal puestas, duele en el alma.
¿Qué es lo que no hay que hacer? Por ejemplo, no poner las pinzas a lo loco sujetando demasiada parte de tela.
Las pinzas son un punto de sujeción que tiene que ser mínimo para que la prenda no se caiga ni se deforme.
No hay que abusar del uso de las pinzas, porque la presión que hacen no es buena para que la ropa se quede lisa.
Por otro lado, recuerda que hace mucho tiempo que las pinzas de madera ya no se usan de forma habitual.
Son mejores las de plástico, menos invasivas para el tejido y, al mismo tiempo, cómodas.
Utiliza perchas
No todo tiene que estar en el tendedero con pinzas o simplemente colocado encima.
Hay muchos casos de ropa que se tenderá mejor usando perchas. Eso evitará que la forma se eche a perder y que tengas que terminar planchando de manera irremediable.
Hazlo con las camisas y con los vestidos, así como con cualquier otra prenda que tenga una forma sensible que tengas que proteger.
No tiendas poniendo todas las prendas pegadas
Esto es algo que muchas personas hacen.
Hay quienes se obsesionan por aprovechar el tendedero hasta en su último centímetro y lo que eso provoca es que la ropa quede tan pegada que, al final, acaba siendo terrible para el estado de la misma.
No solo se producen arrugas, sino que también es habitual que la humedad se extienda y que el secado de las prendas sea mucho más lento.
Además, no es recomendable someter al tendedero a un excesivo nivel de carga, algo que suele ocurrir si intentas tender con las prendas demasiado pegadas.
Es mejor que dejes espacio y que las prendas, en la medida de lo posible, estén separadas.
No alteres la forma de la ropa
Cuando tiendes, lo tienes que hacer de una manera natural.
Deja que las distintas prendas queden colgando con naturalidad y no alterando su forma.
Si no eres cuidadoso con la manera en la que la ropa queda colgada, lo que ocurrirá es que se deformará y tendrás que terminar pasándolo todo por la plancha.
Por ello, para evitar el planchado, hay que ser muy sensibles y meticulosos.
Eso también significa que no pongas las pinzas en partes que puedan ser más sensibles, como las costuras.
Sé todo lo amable que puedas con las prendas y el resultado será que se mantendrán en buen estado y no tendrás que planchar.
No dejes la ropa tendida más de lo necesario
Lo mismo que ocurre con el tiempo que se deja la ropa de más en la lavadora, también se aplica al tiempo durante el cual está en el tendedor.
¡No hay que pasarse! Tampoco es cuestión de estar tocando las prendas cada hora para ver si aun están mojadas, pero no pienses que “si están un día más tendidas, es mejor”, porque eso no resulta beneficioso para su estado.
Al dejar la ropa tendida se encuentra rígida y eso lleva a que se produzcan arrugas e incluso a que estas sean más difíciles de planchar después.
Aplica todas estas recomendaciones y es posible que logres el sueño de muchos: ¡no planchar nunca!